La pandemia ha supuesto una emergencia educativa sin precedentes con un impacto a escala global en la comunidad educativa de todo el mundo. Hoy en día sigue afectado a las niñas, niños y adolescentes, en particular a aquellas y aquellos que se encuentran en situación de mayor vulnerabilidad. Además, evidenció las desigualdades sociales y educativas que siguen aumentando. El impacto en términos de acceso educativo, de pérdida de aprendizaje y bienestar es muy alarmante, hasta el punto de que puede suponer, si no se hacen esfuerzos para remediarlo, una catástrofe generacional.

La pandemia mostro al mundo el valor insustituible de la profesión docente, pero también sus difíciles condiciones de trabajo. Los y las docentes, han estado en primera línea para garantizar el aprendizaje durante los cierres escolares, para proporcionar apoyo socioemocional, especialmente a los mas más vulnerables. Sin embargo, el déficit de profesores y profesoras cualificados y dignamente remunerados no deja de crecer. Solo en el África subsahariana, se necesitan 15 millones más de profesores y profesoras para garantizar una educación de calidad.

En relación con la financiación, la pandemia ha agravado la actual crisis mundial de financiación de la educación, lo que repercute en el desarrollo general de toda la Agenda 2030. El ODS 4 no sólo es un objetivo en sí mismo que defiende el cumplimiento de un derecho humano, sino que es instrumental para la consecución del resto de ODS.

En España, la pandemia y los cierres escolares han agravado desigualdades, y han puesto en mayor riesgo a los niños, niñas y jóvenes en situación de vulnerabilidad.

Si anteriormente los costes asociados a la educación ya eran una barrera para miles de niños y niñas, la pandemia ha puesto de relieve nuevos retos para la educación, como lo es la brecha digital.

Ésta se ha notado tanto en la falta de dispositivos y conectividad como en la falta de competencias, medidas de protección, y uso responsable de las nuevas tecnologías.

Pero toda crisis es también una oportunidad. Ahora es el momento de asegurar que todas esas reflexiones se conviertan en mejoras que nos permitan realmente avanzar como sociedad.

Por eso, desde la Campaña Mundial por la Educación lanzamos la campaña Mil Millones de Voces con el objetivo de visibilizar a los 1000 millones de niños, niñas y adolescentes que se quedaron fuera de las aulas abordar urgentemente la crisis educativa global que la pandemia no ha hecho sino agravar y reclamar a los gobiernos que prioricen de manera urgente la inversión en educación. En 2021 escuchamos las experiencias y emociones provocadas por la pandemia sobre todo entre el alumnado. El objetivo de este año es poner el foco en la figura docente, escuchar como ha sido este periodo para ellos y ellas, visibilizar y reivindicar su papel, los retos y necesidades que detectan para hacer realidad el derecho a la educación de calidad para todos y todas.