Un día dedicado exclusivamente a las niñas sirve para visibilizar sus derechos, reconocer sus luchas y movilizar recursos que muchas veces no se destinan.
Las niñas enfrentan discriminaciones desde la infancia: se espera que hagan trabajos domésticos, que abandonen la escuela para cuidar de los hermanos más pequeños o, lo más grave, que acepten a casarse con hombres que pueden doblar o triplicarles la edad, porque recordemos: son niñas.
Sin un recordatorio anual, esas barreras pasan desapercibidas para muchos. Un día específico crea espacio para diálogo, campañas, presión política y compromiso ciudadano.
Muchas niñas no pueden completar sus estudios por obstáculos estructurales: la pobreza, la distancia a la escuela, la falta de instalaciones sanitarias seguras, la violencia de género o los prejuicios culturales.
En muchos lugares del mundo las niñas abandonan la escuela secundaria mientras los niños continúan. En Senegal, por ejemplo, desde nuestra ONG Educo hemos documentado que muchas niñas dejan la escuela por falta de aseos separados y por el costo del transporte o uniformes.
Y es que la pobreza agrava todo lo anterior: los hogares con ingresos limitados priorizan la educación de los hijos varones antes que la de las hijas. En contextos de crisis, la educación de las niñas se considera no esencial. Una decisión que perpetúa desigualdades y limita el potencial humano.
Hay algunos datos clave para entender la desigualdad de género desde la infancia:
En España, el 33,4 % de la infancia vive en riesgo de pobreza o exclusión social.
En muchos países un porcentaje alto de niñas no finaliza la secundaria. Solo cuando una niña termina estudios puede acceder a empleos mejor remunerados, y volver a sonreír, como Winna.
Las niñas registran tasas de abandono escolar más altas que los niños debido a barreras extra escolares: matrimonios forzados, trabajo infantil, expectativas de género.
En España, la pobreza infantil se mantiene en niveles elevados: 1 de cada 3 menores de edad está en riesgo de pobreza.
Estos datos muestran que la desigualdad de género no surge sólo en la adolescencia o en el empleo: tiene raíces en las oportunidades educativas desde la infancia.
La educación no es un bien complementario: es esencial para que las niñas puedan elegir su propio camino, proteger su salud, participar en la vida pública, romper ciclos de pobreza y desigualdad.
Pero es que, además, si se garantiza el acceso a la educación secundaria a las niñas, el beneficio no es solo para ellas, también para toda la sociedad:
Mayor remuneración: quienes completan la secundaria obtienen trabajos mejor pagados y con mejores condiciones.
Reducción del matrimonio infantil y de embarazos tempranos: al estar en la escuela se retrasa la edad de matrimonio.
Mayor participación política y social: la educación propicia que las niñas expresen su voz, que se involucren en su comunidad.
Mejora en salud y bienestar familiar: las mujeres que reciben una educación tienden a tener menos hijos, espaciar embarazos y cuidar mejor la nutrición de sus familias.
Nuestra ONG Educo trabaja para que las niñas no abandonen la secundaria. En países como Bangladesh, Guatemala o El Salvador llevamos a cabo el programa de Becas ELLA, pensado para que niñas con potencial que viven con familias de pocos recursos económicos puedan continuar hasta el final sus estudios.
Las Becas ELLA Educo son un programa de apoyo educativo para niñas en situación vulnerable, con ayudas económicas, acompañamiento y seguimiento. Ese respaldo cubre matrícula, materiales, transporte, uniformes y apoyo psicosocial.
Educar a una niña es una inversión de futuro. Cuando una niña tiene la oportunidad de terminar sus estudios superiores y acceder a un buen empleo suceden dos cosas simultáneas: ella tiene la oportunidad de llegar hasta donde se proponga y cumplir sus sueños y la sociedad como conjunto evoluciona hasta ser un lugar más justo, igualitario y equitativo donde vivir.
Historias como la de Josefina de Guatemala o la de Oumou de Mali ilustran lo que sucede en cientos de comunidades: la beca abre puertas, pero quienes la atraviesan son niñas con deseo de aprender y de transformar su entorno. Y, desde nuestra ONG Educo, las acompañamos en ese recorrido para que los sueños se hagan realidad.
“Para mis padres, que tienen muy pocos ingresos, es muy difícil superar todos los obstáculos para hacer realidad nuestros sueños, así que el apoyo que recibimos de Educo es muy importante para seguir adelante”, nos cuenta Sathi de Bangladesh.
Promover políticas públicas con perspectiva de género: Exigir que los gobiernos asignen recursos suficientes para la educación secundaria de niñas, construyan escuelas cercanas, con instalaciones seguras, agua y baño separado.
Apoyar programas de becas como ELLA: Donar, difundir, colaborar con ONG que garantizan acceso educativo para niñas vulnerables. Esa cooperación se traduce en más niñas en el aula.
Combatir normas culturales discriminatorias: Sensibilizar comunidades para que cambien expectativas tradicionales: las niñas también tienen derecho a estudiar, decidir su vida, participar.
Monitorear y evaluar impactos: Exigir transparencia en programas educativos: cuántas niñas se inscriben, cuántas terminan, cuántas acceden a trabajos decentes.
El próximo sábado 11 de octubre, es el Día Internacional de la Niña, un buen momento para recordar que la educación no es un privilegio, sino un derecho transformador. Romper el ciclo de la pobreza exige invertir también en las niñas, acompañarlas, creer en su potencial y derribar las barreras que las excluyen.
¿Qué es el Día Internacional de la Niña y por qué se celebra?
El Día Internacional de la Niña se conmemora cada 11 de octubre, instaurado por la ONU en 2011 para visibilizar los desafíos que enfrentan las niñas en todo el mundo. Busca denunciar la discriminación de género, los matrimonios infantiles, la falta de acceso a la educación y la violencia que aún limita sus derechos.
¿Qué son las Becas ELLA de Educo?
Las Becas ELLA son una iniciativa de nuestra ONG Educo que apoya a niñas y adolescentes en contextos vulnerables para que puedan continuar en la escuela y terminar la secundaria, evitando así el abandono escolar. El objetivo es claro: garantizar que más niñas puedan estudiar, crecer con oportunidades y decidir sobre su propio futuro.
¿Cómo puedo ayudar a que más niñas sigan estudiando?
Existen varias formas de colaborar para que más niñas tengan acceso a la educación:
Cada apoyo cuenta: con pequeños gestos se transforma la vida de una niña y, con ella, la de toda una comunidad.
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