Vivimos en una sociedad en la que se da un valor enorme a la imagen personal. El canon de belleza requerido sobre todo a las mujeres, pero también cada vez más a los hombres, es un imposible con el que incluso las modelos de revista sueñan. Photoshops, delgadez extrema, juventud eterna y perfección absoluta son inalcanzables para todas, también para las consideradas más bellas del planeta y esto provoca que desde la infancia principalmente las niñas estemos condenadas a vivir nuestro cuerpo como una cárcel llena de defectos. El miedo al rechazo es fuerte en los seres humanos, que necesitan la aceptación del grupo para vivir, y el rechazo está asegurado para todas las que no cumplen con el estereotipo estético. O sea, para todas.
El tema del peso es clave. Mantenerse dentro de unos márgenes de peso es bueno para la salud, pero las niñas cada vez empiezan antes a sentir que tienen sobrepeso. Y los demás no ayudan.
Aunque es de sentido común, un estudio realizado en EEUU y publicado en Journal of Early Adolescence afirma que burlarse del sobrepeso de las niñas incrementa el riesgo de éstas de padecer trastornos alimentarios como anorexia o bulimia más adelante, durante la adolescencia o la juventud.
Los desórdenes alimentarios aparecen cada vez en edades más tempranas, sin duda debido a la presión social que recibimos todos para cumplir con los mandatos estéticos que la sociedad impone y esto es especialmente dramático en niñas. En EEUU la anorexia nerviosa es la tercera enfermedad crónica entre las mujeres adolescentes, por detrás tan solo del asma y de la obesidad (que puede también estar debida a problemas de relación con la comida).
Según este estudio más de la mitad de las niñas encuestadas relataban haber sufrido bromas con relación a su peso y un 70% de las que habían sido víctimas de este tipo de burlas empezaban ya a adquirir hábitos alimentarios poco saludables, como saltarse comidas.
El estudio afirma que la mayoría de los "bromistas" fueron otros niños, y también algunas niñas, hermanos en tercer lugar y sugiere que han de implementarse estrategias para que estas niñas puedan gestionar su autoestima y su autoimagen independientemente de las burlas de otros, pero nosotros desde aquí también queremos añadir algo más. Dotar a los adolescente de recursos para mantener una autoestima y un concepto de sí mismos sano es imprescindible para que lleguen a la edad adulta con buena salud mental y sin demasiados hábitos perniciosos, pero no es suficiente, porque el ser humano necesita relacionarse con los demás no sólo consigo mismo. Cuando te burlas de los defectos o las diferencias de otro puedes herirle. Los padres somos los primeros responsables en la educación de los niños y los comportamientos abusivos han de ser reprendidos aunque sean nuestros hijos los que los cometen, o sobre todo si son ellos quienes se están comportando mal.
Las burlas y las bromas en torno al aspecto personal de alguien pueden parecer inocentes pero sientan las bases de comportamientos abusivos más graves. Y nosotros los padres no debemos permitirlo. Para niños y para niñas, los padres debemos fomentar el respeto.
Derechos de fotografía: Tree Leaf Clover, Michael Dorohkov
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