En nuestra ONG Educo tenemos una idea clara: la educación cura, protege y abre futuro. No es un lema. Es una realidad que vemos cada día en escuelas, comunidades y contextos de emergencia en más de 18 países en los que trabajamos.
Cerramos el año con la certeza de que cada paso ha contado. Un año marcado por crisis, emergencias y desigualdades que siguen golpeando con fuerza a la infancia. Pero también por respuestas colectivas que demuestran que, cuando hay compromiso, la educación no se detiene.
Durante estos meses, miles de niños y niñas han encontrado en la escuela mucho más que un espacio en el que aprender. Han encontrado un plato de comida, un espacio seguro, una persona adulta que escucha y una oportunidad real de futuro.
En España y en otros países, nuestra ONG Educo ha estado donde hacía falta, reforzando comedores escolares, protegiendo a la infancia en contextos de emergencia y asegurando que su derecho a aprender se mantenga incluso en los momentos más difíciles.
En 2025, este compromiso se tradujo en hechos concretos, con un impacto va más allá de nuestras fronteras:
Más de 230.000 niños y niñas afectados por crisis humanitarias recibieron apoyo.
Cerca de 170.000 pudieron continuar su educación en entornos seguros.
Además, miles de niños y niñas accedieron a becas educativas o dejaron el trabajo infantil para volver a la escuela en países como Burkina Faso, Bangladesh o Filipinas.
En paralelo, 53.841 acciones de apadrinamiento reforzaron el acompañamiento educativo y social de la infancia más vulnerable.
Y en España:
6.750 niños y niñas accedieron a becas de comedor escolar, un apoyo clave para garantizar al menos una comida saludable al día y favorecer la asistencia a clase.
Tras la DANA en la Comunitat Valenciana, acompañamos a 4.124 niños y niñas de 41 centros educativos y 18 municipios, con apoyo psicosocial, ocio educativo y refuerzo comunitario.
También trabajamos con 77 familias y 115 docentes, fortaleciendo a la escuela como espacio seguro y protector.

Gracias por formar parte de este camino. Porque cuando la educación no se detiene, la infancia avanza. Y porque, un año más, lo hemos comprobado juntos: educar cura.
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