Ya hemos hablado de acoso escolar en otro artículo, ¿lo recuerdas? Descubrimos juntos qué es el bullying, a quién afecta y cómo se produce. Hoy vamos un paso más allá y te damos algunas pautas para que puedas reconocer el bullying a través de los síntomas de las víctimas y las personalidades o tendencias habituales de los victimarios.
Pero antes que nada, hagamos memoria juntos. El acoso escolar es "un comportamiento agresivo y no deseado entre niños en edad escolar que involucra un desequilibrio de poder real o percibido", según la web StopBullying.
¿Sospechas que algo no va bien en el cole con tu hijo? ¿Notas comportamientos inadecuados entre tus alumnos? No te pierdas este artículo: aprendemos juntos a reconocer a las víctimas y los agresores del bullying.
Como ya hemos visto en nuestro anterior post, algunos niños poseen factores de riesgo que los convierten en potenciales víctimas de acoso escolar. Por ejemplo, un peque percibido como diferente, ya sea por llevar gafas, tener sobrepeso o ser demasiado delgado, débil, con autoestima baja, menos popular o tímido tiene mayor riesgo de convertirse en foco de burlas y actitudes violentas que otros niños pero esto no significa que forzosamente será acosado.
Ahora bien, ¿es posible reconocer a una víctima de bullying? Claro que sí, desde Coaching Club aseguran que "en el 90% de los casos es posible detectar los síntomas del abuso". Es decir que 9 de cada 10 niños pueden ser ayudados rápidamente si prestamos un poco de atención...
Veamos uno a uno los posibles síntomas de acoso escolar:
Como ves, el bullying no es un juego ni una manera de fortalecer el carácter infantil, sino un atentado contra la integridad psicológica y física de un niño, un verdadero trabajo de menoscabo de la dignidad y amor propio. ¿Sabías que “el 78% de lo adolescentes que termina por suicidarse fue acosado en la vida real o en el ciberespacio” (datos de BestBullying)? Miremos el caso de Diego Jokin, de 11 años, quien se suicidó tras meses de soportar agresiones por parte de sus compañeros y de decirle a sus padres que no quería asistir al colegio. Como la mayoría de las víctimas, Diego nunca le contó a sus padres lo que realmente sucedía: era un excelente alumno y sus papás no entendían qué pasaba.
Más que nunca debemos tener los ojos abiertos y notar pequeños cambios en el temperamento de nuestros peques porque el bullying es un tema serio, que lamentablemente es cada día más común y que se da en colegios de todo el mundo y de todas las clases sociales.
Así como es posible reconocer a las víctimas a través de pequeños (o grandes) cambios en sus caracteres y formas de actuar, existe la posibilidad de detectar a potenciales victimarios, algo de fundamental importancia para profesores y preceptores.
Lo más importante a tener en cuenta es que cualquier niño puede ser un acosador (tu hijo, el de tu hermano, el de tu amigo, el del vecino). El agresor no es necesariamente más grande o fuerte que los demás, sino que utiliza la violencia (física o psicológica) para conseguir lo que desea...
Reconocer a un agresor por su personalidad no es sencillo ya que puede tratarse tanto de un niño popular y bien adaptado, con muchos amigos, como de un niño aislado, con baja autoestima y que siente mucha presión social. Entonces, ¿cómo descubrimos al acosador?
Debemos observar algunos factores de su personalidad. Las preguntas que ponemos a continuación pueden ayudarte en el diagnóstico de la situación:
Si al leer estas preguntas, notas que varias respuestas son positivas, puedes estar frente a un acosador.
Presta especial atención a tu hijo y si piensas que puede ser víctima o victimario de bullying, ¡actúa! No te quedes con los brazos cruzados: habla con él, intenta razonar con él, acompáñale, acércate a los profesores y autoridades escolares y buscad juntos una solución. Recuerda: el bullying no es cosa de niños...
Derechos de las imágenes: Sergejs Babikovs, Pimkie
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