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“Ahora puedo jugar”: Alema vuelve a la escuela

“Ahora puedo jugar”: Alema vuelve a la escuela

noviembre 29, 2023

Alema cuidaba de un bebé de 2 años con tan solo 10. Ese era su único oficio en la capital de Bangladesh: limpiar la casa y cuidar del más pequeño de la casa en la que trabajaba por tan solo 16 euros al mes. Se sentía muy sola y echaba mucho de menos la escuela, la que tuvo que abandonar porque sus padres no podían ganar suficiente dinero para sustentar a su familia de cinco personas.  

Su madre es ama de casa y su padre tuvo que dejar su empleo como conductor de rickshaw (un transporte por carretera típico de Asia que consiste en una bicicleta customizada para poder transportar a un mínimo de 4 personas): "Tengo una lesión importante en la espalda, por eso no puedo conducir el rickshaw todos los días, pero debo mucho dinero por un préstamo que pedimos. Si Alema deja de trabajar y sigue estudiando, nunca podré devolver el préstamo".   

El trabajo infantil es uno de los principales problemas de Bangladesh. Aunque este país asiático ha hecho un avance moderado en la lucha por eliminar esta lacra, un gran número de niños y niñas, como Alema, siguen trabajando, sobre todo en trabajos peligrosos. Según la encuesta nacional sobre trabajo infantil realizada por la Oficina de Estadística de Bangladesh en 2013, aproximadamente 3,45 millones de niños trabajan en el país, de los cuales 1,28 millones lo hacen poniendo en riesgo su vida.   

Los niños y niñas que trabajan en los sectores del transporte, el servicio doméstico, la automoción o la recogida de basuras están acostumbrados a trabajar durante horas —una media de 6 horas al día— por un salario mínimo y en condiciones peligrosas que les ocasionan numerosos problemas de salud, psicológicos y de seguridad. La mayoría de estos niños nunca han ido a la escuela o la han abandonado.  

La educación es urgente 

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El problema es que los servicios de escolarización y formación técnica para estos niños y niñas trabajadores son muy limitados en algunas zonas de Dhaka. Por eso nos pusimos manos a la obra. Porque la educación es urgente: cuando un niño o niña está en la escuela, se aleja de otros tipos de violencia, como por ejemplo el riesgo de ser captado por una mafia de trata. 

Así, la oportunidad de volver a la escuela llegó para Alema. Sus padres se enteraron de que estábamos haciendo un recuento de todos los niños y niñas de la zona que no podían volver a la escuela porque sus familias no se lo podían permitir, y apuntaron a Alema.  

Después de un tiempo, la joven fue admitida en la escuela. Ahora asiste a sus clases con regularidad y participa activamente en actividades extraescolares, además de trabajar: “Me encanta la escuela porque, además de la educación básica, aprendemos a cantar, bailar, recitar poemas y también podemos jugar, cosa que yo nunca pude hacer como niña. Tenemos muchos materiales de juego y ¡hasta recibimos tiffin (palabra que se usa en Bangladesh para definir un breve desayuno que normalmente en las escuelas consiste en un plátano y un huevo cocido). Si recibo todo el apoyo del proyecto de Educo, podré ser profesora, mantener a mi familia e incluso ayudar a la gente pobre de mi comunidad." 

Su madre había querido ser maestra en la infancia, pero no pudo cumplir su sueño, así que deseaba con todas sus fuerzas que su hija sí lo fuera en el futuro. Sus padres están muy agradecidos a Educo Bangladesh por haber brindado una gran oportunidad a los niños y niñas trabajadores sin escolarizar de volver a la escuela.   

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Pero, además, a Alema la vida le preparaba otra sorpresa: ir a un programa de televisión nacional de Bangladesh a contar su experiencia como niña trabajadora que compagina su trabajo con los estudios. Y es que el pasado Día Mundial contra el Trabajo Infantil, Educo Bangladesh participó en un programa de entrevistas titulado Qué pensamos acerca del trabajo infantil que analizaba las nefastas consecuencias que trae esta lacra para la infancia y lo que se puede hacer para mitigarlas si todas las partes involucradas colaboran. Alema, por su parte, expuso todas las dificultades de su vida diaria y sus planes de convertirse en maestra en el futuro. También expresó sus expectativas a los responsables de que los niños y niñas tengan que trabajar.  

 
 
 


Ayúdamos a que más ninos y niñas estén en la escuela, es su derecho

Bangladesh , educación , oportunidad , Pobreza , Pobreza infantil , Trabajo infantil

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