Los vehículos son unos de los mayores emisores de carbono, que contribuye al efecto invernadero. Para evitar la contaminación, sustituye el uso de tu coche por el transporte público, la bicicleta o un buen paseo. No solo lo agradecerá tu cuerpo porque te pondrás en forma, sino también el medioambiente.
Para lograrlo puedes hacer muchas cosas como: utilizar bombillas LED o de bajo consumo; no dejar aparatos eléctricos en stand by; no poner el aire acondicionado a temperaturas muy bajas o la calefacción a temperaturas muy altas; aislar tu casa para evitar pérdidas de calor y de frío; elegir aparatos eléctricos de bajo consumo; poner la lavadora y el lavavajillas solo cuando estén llenos y evitar utilizar la secadora; apagar las luces cuando no estés en casa o en las habitaciones que no estés utilizando; apostar por las energías renovables como la energía solar.
Tal y como decíamos anteriormente, nuestra forma de consumir influye notablemente en el cambio climático, por ese motivo es importante reciclar. Con pequeños gestos puedes cambiar las cosas. Por ejemplo, deja de utilizar bolsas de plástico, dale una segunda oportunidad a la ropa, juguetes y otros objetos, utiliza el contenedor adecuado para cada residuo que tires, etc.
Pueden ser una buena opción para encontrar ropa, muebles u otros objetos que necesites y deshacerte de lo que no uses. Una buena opción, también, es el intercambio. Busca plataformas en internet en las que grupos de personas intercambien productos.
El agua es un bien escaso y es muy importante cuidarlo, por eso: cierra los grifos cuando no estés usando el agua, dúchate en lugar de bañarte, o utiliza grifos que reduzcan el caudal.
La responsabilidad de frenar el cambio climático no es solo nuestra, sino también de nuestros hijos e hijas, por eso, es importante que aprendan desde pequeños, tanto en el colegio como en casa, la importancia de reciclar, de controlar el consumo de agua o de utilizar medios de transporte ecológicos.
La forma que tenemos de consumir comida también influye en el clima. Por ejemplo, es importante reducir el consumo de carnes, debido a que la ganadería es uno de los contaminantes de la atmósfera, y aumentar el consumo de frutas y verduras. Por otra parte, también es esencial comprar productos que tengan un origen cercano para evitar la contaminación que supone su transporte y que sean de temporada, para evitar medios de producción que no son sostenibles.
Frenar el cambio climático está en nuestras manos y concienciarnos de cómo pequeñas acciones diarias pueden influir para mejorar las cosas, es el primer paso.Conoce quiénes somos, qué hacemos y por qué lo hacemos.
Recibe nuestra newsletter con todas las novedades.
¿TE IMAGINAS ABRIR LA NEVERA Y VERLA VACÍA?
COLABORAEs la realidad de miles de familias en España. Colabora con las BECAS COMEDOR.
¿TE IMAGINAS ABRIR LA NEVERA Y VERLA VACÍA? Es la realidad de miles de familias en España. Colabora con una BECA COMEDOR para que sus hijos tengan garantizada una buena alimentación.