Nada ni nadie frena a Shabonti. Si cuando era pequeña le llegan a decir que un día, en el futuro más próximo, sería la portera del equipo nacional de fútbol femenino de Bangladesh, nunca lo hubiera creído. No porque no le apasione el deporte, sino porque ser mujer indígena, y de una comunidad muy castigada y marginada, anula toda posibilidad de éxito. Y es que los estereotipos de género y el estigma social siguen impidiendo que las niñas practiquen deporte, y cuando se trata de un deporte dominado por los hombres, los obstáculos se intensifican.
Pero hoy, esta joven se ha convertido en un símbolo de esperanza para el distrito de Rajshahi en el fútbol femenino. Su determinación la ha impulsado hacia el éxito haciendo caso omiso a las burlas crueles sobre el futbol femenino en su comunidad indígena.
"Cuando veo la transformación que se produce mientras juegan al fútbol me siento orgulloso de ser su entrenador. El aumento de la popularidad y la influencia del fútbol femenino en muchos países del mundo ayudará a que los sueños de estas niñas se hagan realidad", nos explica su entrenador.
El deporte fue uno de los métodos que utilizamos para que estos jóvenes se sientan parte de un grupo y potencien sus habilidades sociales. Por eso, organizamos clases de fútbol femenino como parte de la campaña Acabemos ya con la violencia contra las mujeres. Un total de 25.280 personas tomaron conciencia del problema y unas 100 chicas, entre ellas Shrabonti, recibieron 40 días de formación futbolística por parte de instituciones de renombre como la Sachetan Society.
Tras la formación, estas jóvenes han demostrado unas habilidades extraordinarias y hoy participan en varias competiciones regulares, no solo a nivel escolar, donde se han proclamado campeonas, sino también a nivel de distrito. De un total de 100 jugadoras formadas, tres juegan actualmente a nivel de división, y una, Shrabonti, ha alcanzado el nivel nacional.
La determinación de Shrabonti consiguió un reconocimiento tanto a nivel de equipo, ya que ganaron todas las competiciones en las que participaron, com a nivel individual, proclamándose la mejor portera de la competición y consiguiendo así una una oportunidad en el equipo nacional formado por las mejores jugadoras de todas las divisiones. Hoy, Shrabonti Hasda no solo es el orgullo de Rajshahi, sino de todo Bangladesh: "Jugar al fútbol es mi sueño y Educo me ha guiado para cumplirlo. Estoy eternamente agradecida tanto a Educo como a mi entrenador".
Bangladesh , Deporte , educación , fútbol femenino , oportunidad
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