Ver a un niño jugar es una de las escenas cotidianas que más se repiten en nuestro imaginario. Podemos pensar que los niños pasan el rato jugando, entendiendo el juego como una simple actividad para entretenerse. Qué equivocados estamos. El juego es vital para el desarrollo del niño porque a través de él comprende el mundo que le rodea. Y es por esta misma razón que el juego es un derecho recogido en la Convención sobre los Derechos del Niño de Naciones Unidas.
Cuando un niño juega aprende, se estimula y experimenta. Desarrolla su motricidad, su inteligencia, su creatividad y su sociabilidad. Les ayuda a conocerse y a desarrollar su personalidad. La Asociación Española de pediatría lo ha dejado muy claro en la Guía práctica para padres en la que explica que, en edades más tempranas, el juego «tiene un gran componente educativo que ayuda al niño a progresar en su desarrollo motor y a avanzar en la esfera intelectual y sociabilizadora a través de la comunicación e interrelación con los que le rodean».
Los niños aprenden a vivir jugando. Por eso, desde Educo, insistimos mucho y trabajamos para que la escuela también sea un espacio donde el ocio y el juego tenga mucha presencia y para que los niños y niñas dispongan de tiempo suficiente para jugar y para organizarse libremente.
El juego es de una de las mejores herramientas para el crecimiento personal y el bienestar de la infancia, y la escuela es el lugar donde niños y niñas pasan la mayor parte de su tiempo jugando, aprendiendo y compartiendo con sus compañeros. Pero durante mucho tiempo, debido a la pandemia de la COVID-19, han estado cerradas. Por eso, tras la pandemia, quisimos preguntar a niños y niñas si habían podido jugar y disfrutar de su tiempo de ocio.
"El lugar más interesante es la escuela, para jugar, disfrutar y aprender muchas cosas de los profesores y amigos. Por eso, quiero volver a la escuela”. Niña de 6-11 años, Bangladesh.
Unos se han sentido más protegidos mientras que otros han visto incrementada la violencia que ya vivían a su alrededor. Sea como sea, y en base a lo que han querido compartir con nosotros, desde Educo creemos que el tiempo para el juego es vital.
Los más pequeños han de tener tiempo suficiente para jugar libremente. Debemos interiorizar la importancia del juego para la infancia y tomar las medidas necesarias para que este tiempo exista. Porque es lo mejor para ellos, para la sociedad en general, y no nos olvidemos, porque jugar no es una opción, es un derecho.
Derechos de imagen: Jesús G.Pastor/Educo
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