Nacer chica en una familia de siete miembros en un barrio humilde de Bangladesh, en un hogar en el que prácticamente no alcanza ni para comer bien —aunque tus padres trabajen de sol a sol — y, aun así, convertirte en jugadora del equipo nacional de voleibol y universitaria tiene mucho mérito.
Y todo esto es lo que ha alcanzado Ajmira, una talentosa atleta de ahora 22 años. Su éxito es el resultado de su dedicación, los sacrificios de su familia y el apoyo que recibió del nuestro proyecto STARS con el que formamos anualmente a unos 60 niños, niñas y jóvenes de barrios muy desfavorecidos de Dhaka y Rajshahi para que desarrollen todo su potencial. Los chicos y chicas son seleccionados en función de sus méritos académicos, sus necesidades económicas, sus logros en las artes y los deportes y sus circunstancias familiares.
Ajmira creció en una comunidad en la que las niñas que jugaban al voleibol eran muy mal vistas. A diario se enfrentaba a constantes juicios y silbidos. Sin embargo, su pasión por este deporte la empujó a seguir, además de sus padres, quienes alentaban sus sueños, pero no podían permitirse los gastos que todo ello conllevaba: “Mi madre vendió todo lo que tenía para que yo pudiera cumplir mis sueños, renunciando a los suyos propios”, nos cuenta la joven.
Fue su entrenador quien se puso en contacto con nosotros cuando se enteró de que existía este proyecto. Tras pasar por una serie de pruebas, fue seleccionada para el programa y recibió la ayuda que tanto necesitaba. "Quiero transmitir mi sincero agradecimiento al proyecto STARS por su inestimable apoyo. Me han ayudado a seguir un buen plan de nutrición, mi formación académica, el transporte y las comidas después de los entrenamientos. Han marcado una diferencia significativa en mi vida», expresaba Ajmira con gratitud.
La ayuda económica y el material que le proporcionó el proyecto alivió el estrés que suponía costearse el equipo y la formación necesarios, permitiéndole centrarse en su pasión. “El apoyo nutricional del proyecto me dio más energía y mejor forma física. La bicicleta redujo mis gastos de transporte, lo que me permitió practicar con regularidad. Sin estos apoyos, sería todo un reto para mí», cuenta la joven.
Tras mucha dedicación, esfuerzo y trabajo, la joven Ajmira ganó un puesto en el equipo nacional femenino de voleibol de Bangladesh y el año pasado compitió en unas olimpiadas especiales en Alemania, donde su equipo ganó la medalla de oro. También ha sido reconocida como la mejor atacante en un torneo de voleibol a nivel de distrito y compite en torneos para el equipo de voleibol de la policía de Bangladesh.
“Mucha gente se inspira en mi éxito, pero yo creo que si luchas y vas a por ell, lo consigues. Con un poco de apoyo, tú también puedes levantarte y alcanzar tus sueños. Solo espero poder inspirar y empoderar a otras chicas para que persigan sus sueños", afirma Ajmira, quien asegura que quiere convertirse en profesora de educación física para poder así compartir su pasión por el voleibol y la importancia del deporte con los más jóvenes. También sueña con alistarse en el ejército de Bangladesh y representar a su país como campeona de voleibol femenino. Está decidida a romper barreras y alcanzar nuevas metas.
Aunque el apoyo financiero que les proporciona el proyecto es modesto, su impacto transformador es significativo. Por eso, ya tenemos en marcha nuevos planes para ampliar el proyecto y lograr un mayor alcance y una mayor influencia.
Bangladesh , Deporte , educación , Igualdad , oportunidad , Pobreza , Pobreza infantil
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