En las provincias peruanas de
Pisco y Chincha trabajamos para favorecer el
desarrollo integral de los niños más pequeños a través de
programas de salud,
control nutricional y
educación en la primera infancia. María, de 4 años, es una de las pequeñas que han podido beneficiarse de estos programas
Hace dos años presentaba problemas de desnutrición y anemia, apenas comía y se pasaba el día en la cama. Hoy, gracias a la atención recibida, es una
niña sana y alegre que disfruta jugando y aprendiendo con otros niños.
El proyecto
Mejora del desarrollo integral de los niños y niñas en las provincias de Chincha y Pisco, que en
Educo llevamos a cabo al lado de la organización peruana
Socios en Salud, empezó en enero de 2012. Su objetivo es el de
luchar contra la malnutrición infantil y
mejorar la salud de cerca de
5.500 niños de 0 a 9 años que viven en
entornos periurbanos y rurales de estas dos provincias colindantes, situadas en la región de Ica, así como
fomentar el acceso de los más pequeños a programas educativos de estimulación temprana como base para su aprendizaje posterior.
Entre los niños de 0 a 5 años, se realizan
campañas de salud en los centros de educación inicial -tanto formal como no formal- que incluyen controles de crecimiento, jornadas de desparasitación, análisis para prevenir anemias y entrega de suplementos nutricionales.
En el último año, un
26% de los pequeños que se sometieron a estos controles presentaban problemas de anemia. Fuera del ámbito escolar, también se realizan
acciones de acompañamiento y visitas domiciliarias en el caso de niños que necesitan un seguimiento continuado. A los niños de 5 a 9 años, se les
sensibiliza y forma en temas de nutrición e higiene.
El trabajo implica también a las
familias – a las que se educa en buenos hábitos de salud y alimentación y se conciencia sobre la importancia de la educación en los primeros años de vida de sus hijos– y se lleva a cabo de manera coordinada con los
promotores comunitarios,
técnicos de los servicios públicos de salud y con
docentes y responsables de los centros educativos.
La estimulación temprana, factor de desarrollo
Una buena nutrición es básica en el desarrollo de los pequeños. Pero también
la educación es clave para su crecimiento posterior. Por esto, el proyecto también favorece la
atención educativa a niños de 0 a 5 años, una franja de edad de escolarización no obligatoria pero que sin embargo es vital para el posterior aprendizaje.
Así, apoyamos los llamados programas no escolarizados de educación inicial (para niños de 4-5 años) y las salas de educación temprana (para pequeños de 0 a 3 años), dos iniciativas que tienen por objetivo ofrecer un espacio a los más pequeños para mejorar sus capacidades motoras, sociales y de lenguaje a través de juegos y actividades acordes con su edad. Nuestra actuación incluye mejorar estos equipamientos, dotarlos de materiales y formar a los educadores en metodologías pedagógicas adecuadas.
María Rodríguez (con la camiseta amarilla) juega con otras niñas de su edad en un centro de educación infantil
María Rodríguez tiene 4 años y vive en el distrito San Clemente, de Pisco. Tiene una mirada viva y una alegría que contagia. Pero hace dos años, era muy diferente. Su madre, Ruth Medina, nos cuenta que "no tenía nunca hambre. Dos cucharadas eran mucho para ella –recuerda–. Siempre comía bien poquito. Se pasaba el día durmiendo. Debido a que yo trabajaba y me iba temprano de casa, no la podía llevar a los controles de crecimiento".
Se le diagnosticaron problemas de anemia, parasitosis y desnutrición, y por ello se la empezó a tratar médicamente y entró en un
programa de control de su crecimiento. La especialista en salud
Nancy Aquije, que realiza el seguimiento de María, comenta que "ahora ha superado la anemia, ya no tiene parasitosis, ha recuperado peso y talla, lleva un control nutricional mensual y ha entrado en el programa de vacunación".
Incluso su comportamiento ha cambiado: "Ahora ya no es una niña irritable, es más activa”, nos comenta. La madre nos corrobora de manera muy gráfica esta mejora: "Todo el rato quiere estar comiendo”. El control de su crecimiento se realiza tanto en su casa, donde recibe la visita periódica de Nancy –"cuando llegamos, notamos su cariño y alegría", comenta–, como en el centro de salud de San Clemente.
Además, María asiste a la sala de educación temprana de su comunidad, donde aprende jugando con otros niños. "María es la evidencia de lo que podemos conseguir", comenta Nancy Aquije. "Llevamos dos años con ella y su recuperación es notable". Esta especialista en salud destaca la implicación de su familia como un factor para lograr el éxito.
Haz clic aquí si quieres ver el vídeo con el testimonio de María
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