Sarita es una niña de 3 años que nació con microcefalia y parálisis cerebral. Su madre, Roxana, nos cuenta que en el diagnóstico le dijeron que su condición no iba a mejorar mucho y solo recomendaron fisioterapia. La familia siguió las instrucciones y decidieron llevar a la niña a sesiones de fisioterapia y a otros centros de atención, pero no les ayudaron como esperaban. Por eso siguieron buscando, hasta que dieron con nuestras clases de psicomotricidad que llevamos a cabo en Bolivia junto con la Fundación Centro de Cultura Popular (FCCP).
Varias sesiones de psicomotricidad y mucho cariño en la primera infancia pueden lograr verdaderos cambios.
Roxana no puede estar más contenta de haber encontrado este apoyo, por eso quiere compartir con nosotros su historia:
“Sentía pena por mi hija y yo me sentía mal por su situación, me sentía culpable. No me detectaron nada durante el embarazo ni durante el nacimiento, recién me dieron el diagnóstico cuando cumplió un año y no podía caminar. Mi hijita se desesperaba por caminar y movilizarse. Pagamos las sesiones de fisioterapia, pero no le ayudaban a mejorar.
Las cosas empezaron a mejorar cuando llegamos aquí porque le han ayudado mucho, no solo por la especialidad en el tratamiento sino por el cariño y el afecto, por cómo le hablan y cómo la tratan. Estuvo dos años en este centro y el próximo año le tocaría prekínder (educación preescolar) y pienso que ya podría asistir. Le falta seguir desarrollando la psicomotricidad pero ya es mucho más independiente.
Antes, mi esposo y yo nos abrazábamos muy deprimidos porque no sabíamos qué pasaba ni cómo enfrentar la situación de nuestra niña, pero ahora estamos muy felices porque la vemos mejor y nos sentimos felices porque ella ya camina, corre, habla y ha dejado el pañal, incluso come sola y ya no depende exclusivamente de mí. Veo que tiene un futuro más independiente, que es capaz de hacer sus cosas y que va a poder desarrollarse por sí sola.
Educo y FCCP nos han ayudado mucho en este proceso. En La Paz, no hay lugares como este. No hay muchos centros de especialidad y en los pocos que hay no es fácil el ingreso.
"A otras mamás y papás que estén atravesando la misma situación les digo que no se rindan, que se puede salir adelante; es difícil, pero se puede".
Aquí también he aprendido a quererme más y a valorar más a las demás personas. El mundo no sería igual si todos fuéramos iguales, tiene que haber personas diferentes para que podamos crecer y adaptarnos. A otras mamás y papás que están atravesando por la misma situación les digo que no se rindan, que se puede salir adelante; es difícil pero se puede”.
Bolivia , estimulación temprena , Infancia , protección , psicomotricidad , terapia
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