Los 5 países con más hambre en el mundo: ¿Cuáles son y por qué?

La lucha contra el hambre avanza a un ritmo alarmantemente lento. Mientras lees estas líneas, 733 millones de personas siguen pasando hambre, lo que equivale a 1 de cada 11 habitantes del planeta. Y aún peor, el hambre aguda —situaciones en las que la vida corre peligro— alcanzó a 295 millones de personas en 53 países el año pasado.  

La cifra de 733 millones solo refleja el hambre “crónica”, es decir, la falta prolongada de calorías suficientes, pero si miramos el número de personas que sufre inseguridad alimentaria moderada o grave, es decir, que no pueden llevar una dieta saludable y nutritiva de forma constante, el número se dispara a 2.400 millones de personas —casi 1 de cada 3 seres humanos—, según la FAO. 

Y es que la pandemia de la COVID-19, los conflictos y la crisis climática han hecho retroceder 15 años los avances logrados desde la década de 2000. 

Los países con más hambre en el mundo 

Los países con niveles alarmantes de hambre en todo el mundo sufren una combinación de problemas como los conflictos armados, la exposición climática o la falta de redes de protección social. Somalia, Yemen, Chad, Madagascar, Burundi y Sudán del sur son quienes sufren los niveles más altos de hambruna. 

Pero también existen otros focos críticos que incluyen Gaza y regiones del Sahel central, donde ya se habla de riesgo inminente de hambruna. 

Pero, ¿por qué hay tanta gente con hambre en el mundo? 

Hay un dato que nos indigna y nos sentencia como humanidad y es que producimos alimentos suficientes para todos los habitantes del planeta, pero la forma en que los distribuimos es profundamente desigual. Hay tres grandes brechas que lo explican: 

• Brecha de acceso: 3.000 millones de personas no pueden permitirse una dieta saludable debido a la inflación alimentaria y los bajos ingresos. 
   

• Brecha de resiliencia: los pequeños agricultores —que producen un tercio de los alimentos del mundo— carecen de seguros, riego y acceso a crédito, por lo que un solo desastre climático puede arruinarles. 
   

• Brecha de poder: las mujeres poseen solo el 15 % de la tierra agrícola, aunque representan el 43 % de la mano de obra rural; la desigualdad de género resta productividad y margen para la alimentación familiar. 

A estas brechas se suman los desplazamientos forzados: más de 120 millones de personas viven como refugiadas o desplazadas internas, la cifra más alta registrada, con acceso limitado a medios de vida y a alimentos básicos. 

Principales causas del hambre en el mundo 

El hambre en el mundo no es un problema de falta de alimentos, sino de un conjunto de circunstancias que la provoca:

1. Conflictos armados: son el factor que más contribuye al hambre aguda y afectan a 140 millones de personas. 

2. Crisis climática: sequías, inundaciones y fenómenos extremos perjudicaron a 96 millones de personas en 2024, con El Niño como gran amplificador. 

3. Choques económicos: inflación, devaluaciones y pérdida de poder adquisitivo empujaron a 59 millones más a la inseguridad alimentaria grave. 

4. Desigualdad y pobreza estructural: las mujeres, la infancia y los pueblos indígenas son los más afectados; ellas representan dos tercios de quienes padecen hambre. 

5. Sistemas alimentarios frágiles: baja productividad agrícola, infraestructuras precarias y dependencia de importaciones de alimentos. 

El grave problema de malnutrición en España 

En España, 1.200.000 familias con hijos e hijas a cargo tienen dificultades para llegar a final de mes, casi 115.000 hogares más que el año pasado. Hogares con pocos recursos, donde llenar la nevera es muy complicado, pero es que tampoco pueden permitirse económicamente llevar a sus hijos e hijas al comedor escolar, porque no hay becas comedor para todos aquellos que las necesitan.   

Más de medio millón de niños y niñas —el 6,9%—  no puede comer carne, pollo, pescado o su equivalente en proteínas vegetales cada dos días, según los últimos datos de la Encuesta de Condiciones de Vida. 

Por eso, desde nuestra ONG Educo, ofrecemos las becas comedor. Gracias a ellas, garantizamos una alimentación sana y equilibrada para niños y niñas de familias con dificultades económicas. Son también un importante factor de integración de estos pequeños en la escuela y les ayuda a mejorar su rendimiento.   

En la escuela, no solo tienen asegurada una comida completa y saludable. Durante las horas entre las clases de la mañana y de la tarde, el espacio del mediodía, están en un entorno protegido, bien cuidados, siguen aprendiendo, juegan y disfrutan de su tiempo libre. Algo que también debería ocurrir durante las vacaciones.    

Pero en verano la situación empeora, pues la escuela cierra y se quedan sin la beca 80 días. Demasiado tiempo para estas familias, que hacen malabares para llegar a fin de mes y asegurar que sus hijos e hijas coman.  

No es escasez, es injusticia 

El hambre no es un problema de escasez, sino de justicia. Combinar ayuda humanitaria rápida con inversiones en resiliencia, igualdad y sistemas alimentarios sostenibles es la única vía para cumplir la promesa de no dejar a nadie atrás.  

Como organización comprometida con los derechos de la infancia, desde nuestra ONG Educo seguiremos defendiendo el derecho a la alimentación. Porque defenderlo hoy es construir oportunidades de aprendizaje y de futuro para millones de niños y niñas mañana. Con el estómago vacío no se puede aprender. 

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