Cada 12 de junio el calendario nos recuerda que sigue existiendo una terrible realidad: el trabajo infantil. Una fecha en la que desde Educo queremos recordar que 1 de cada 10 niños y niñas en el mundo de entre 5 y 17 años (160 millones) son víctimas del trabajo infantil, de los cuales, casi la mitad realizan trabajos que ponen en riesgo su salud, su seguridad y su desarrollo.
Los últimos datos muestran que los avances para erradicar el trabajo infantil se han ralentizado y el ritmo ha bajado en relación con los últimos 20 años. El trabajo infantil en el mundo sigue disminuyendo, pero a un ritmo menor. Del año 2000 a 2016, se registró una importante disminución de 94 millones de niños y niñas en situación de trabajo infantil. Al ritmo actual, no se conseguirá la meta 8.7 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, que prevé la eliminación del trabajo infantil en todas sus formas en el 2025. Se estima que cerca de 140 millones de niños y niñas podrían estar trabajando en 2025 y 125 millones en 2030.
“El trabajo infantil disminuye a un ritmo menor desde 2016 y es necesario un compromiso y un nuevo impulso que garantice que los niños y las niñas reciban una educación de calidad y asequible para sus familias ya que es la mejor forma de acelerar los esfuerzos para que tomen conciencia de sus derechos, para que se protejan a sí mismos y a sus pares” indica Laurence Cambianica, nuestra especialista en Educo en protección de la infancia: “Para terminar con el trabajo infantil también es necesario que mejoren las condiciones laborales de sus cuidadores y que aumenten las protecciones sociales”. La especialista subraya la relación directa entre la precariedad laboral de los mayores y el trabajo infantil.
Más de un tercio de la infancia que trabaja no va a la escuela. Y la que va tiene dificultades para concentrarse debido a su situación.” El trabajo infantil vulnera los derechos de la infancia a la protección, la educación, la salud y el ocio, y pone en peligro sus vidas.” afirma Cambianica: “Además tiene otras consecuencias más globales. No terminar la educación obligatoria y no poder acceder a una educación profesional puede impedir que contribuyan como ciudadanos formados al crecimiento económico y desarrollo de sus familias, sus comunidades, y, por ende, de sus países”
Las causas del trabajo infantil son múltiples. La pobreza y la falta de recursos lleva a muchas familias a obligar a hijos e hijas a contribuir a la economía familiar, sin ver los beneficios de la educación. También está la escasa oferta de educación de calidad y de oportunidades de acceder a un trabajo decente y la debilidad de los sistemas de protección de la infancia.
El trabajo que hacemos desde nuestra ONG no es solo con la infancia, también trabajamos con familias, comuniades, gobiernos y empresas:
Llevamos a cabo proyectos educativos en países donde todavía está muy normalizado que los niños y niñas trabajen, como Bangladés, India, Filipinas, Benín, Mali y Burkina Faso. Por ejemplo, en India el trabajo infantil afecta a 10,2 millones de niños y niñas entre 5 y 14 años y a 47 millones entre 14 y 17 años. Según datos de 2022, en Bangladesh había aproximadamente 3,53 millones de niños trabajadores en el país, de los cuales 1,7 millones eran considerados niños trabajadores y, entre ellos, 1,06 millones realizaban trabajos peligrosos.
Dialogamos con los gobiernos, las comunidades, las familias y los niños y las niñas afectadas para abordar este problema sistémico. Además, involucramos activamente a las empresas, especialmente en el sector informal, para mejorar sus conocimientos y sensibilizar sobre los derechos de la infancia y la edad mínima para trabajar, pero también mediante ayudas concretas para mejorar su entorno y sus condiciones de trabajo, especialmente para los niños y las niñas. El objetivo de nuetra ONG es que la infancia pueda formarse, incluso si durante parte del día trabajan, siempre que sea en las condiciones adecuadas, para que tengan más conocimientos y posibilidades, y también sean más conscientes de sus derechos.
Las hermanas tuvieron que abandonar la escuela y ponerse a trabajar con 14 y 12 años cuando su madre murió en 2021 y el padre, llevado por el alcoholismo, no podía hacerse cargo de ellas y de sus tres hermanos. Muni recuerda: “No tuvimos más remedio que salir a ganarnos la vida. Yo no era feliz y echaba mucho de menos la escuela. El trabajo sólo me producía dolor.”
En 2023 pudieron volver a la escuela gracias al equipo de Educo que buscó acompañamiento para acabar con la adicción del padre y convenció a la familia de la necesidad de reincorporarse a las clases. En la actualidad, Muni y Jini también forman parte en su aldea de los grupos de apoyo de adolescentes del proyecto de Educo.
Hanna empezó a trabajar con su madre muy joven. Ahora, a los 17 años, sigue aceptando trabajos por dos razones principales: para mantener a su familia y para ayudar a su padre a sobrevivir de su enfermedad.
Trabajaba en un puesto de comida en Legazpi City (Filipinas) a dos horas en coche de su residencia. Hacía de cocinera, camarera y lavaplatos. Con jornadas de quince horas seguidas al día y entre las dos ganan quinientos pesos, por debajo del salario mínimo en Filipinas de seiscientos diez pesos con ocho horas de trabajo al día. Aun y todo podía sufragar sus gastos educativos y sacar buenas notas.
Hanna no era consciente de que era víctima del trabajo infantil, le parecía algo normal, hasta que nos conoció y la ayudamos a poner en marcha un pequeño negocio. Así, se liberó del trabajo infantil y ahora disfruta plenamente de sus años de juventud viviendo una vida como la de sus compañeros de grupo de edad.
Nurnobi tiene 13 de años y vive en Bangladesh. Una infección mal curada en su ojo izquierdo cuando tenía 2 años provoco que lleve un ojo artificial y un tratamiento carísimo que endeudo a su familia.
Vendieron su casa y todos los enseres para pagar el préstamo. Nurnobi comenzó a trabajar en una tienda de ropa, pero fue despedido porque no entendía bien como se hacían las cuentas. Desde entonces él y su hermana trabajan en el vertedero. Con este dinero ayudan a su familia.
En este trabajo sufrió muchos problemas físicos y mentales y estuvo expuesto al peligro de las drogas. Su madre intento matricularles en alguna escuela, pero no encontró ninguna que fuera compatible con el trabajo. Hasta que desde Educo les dimos la posibilidad de combinar ambas cosas en una escuela que además es gratuita.
Ahora Nurnobi además de estudiar y aprender informática, puede también jugar con sus amigos en el patio de la escuela. "Mi sueño es convertirme en un buen médico después de terminar mis estudios. Me gustaría proporcionar un tratamiento adecuado a los pacientes para que nadie pierda sus ojos o cualquier otro órgano debido a un tratamiento equivocado como yo”, cuenta Nurnobi.
Aprovechando este día conmemorativo, queremos aplaudir la aprobación histórica de la Directiva de Debida Diligencia de la UE aprobada en mayo de 2024. Esta Directiva representa un avance fundamental para los derechos humanos al exigir a las empresas, y sus cadenas de suministro, medidas concretas para identificar, prevenir y mitigar violaciones de daños ambientales y derechos humanos, incluido el trabajo infantil.
A partir de este momento España, al igual que sus socios europeos, tiene dos años para incorporarla a la legislación española. Desde Educo, como parte de la Plataforma de Empresas Responsables, instamos al Gobierno a garantizar una transposición robusta y efectiva para impedir, entre otras violaciones, el trabajo infantil.
Bangladesh , directiva debida diligencia , educación , España , Filipinas , India , Pobreza , Trabajo infantil
Conoce quiénes somos, qué hacemos y por qué lo hacemos.
Recibe nuestra newsletter con todas las novedades.
¿TE IMAGINAS ABRIR LA NEVERA Y VERLA VACÍA?
COLABORAEs la realidad de miles de familias en España. Colabora con las BECAS COMEDOR.
¿TE IMAGINAS ABRIR LA NEVERA Y VERLA VACÍA? Es la realidad de miles de familias en España. Colabora con una BECA COMEDOR para que sus hijos tengan garantizada una buena alimentación.