Xiomara, de Nicaragua | “Señores de Educo: les pido que me ayuden a tener unos lentes de aumento porque soy pobre…”. Con solo 11 años, Xiomara Ríos, tuvo el valor de buscar una solución a su problema y pedir ayuda. Sin miedo y sin vergüenza. La valentía de Xiomara nos beneficia a todos, ¡en unos años podrá cumplir su sueño y tendremos una fantástica maestra de preescolar! leer más |
Dioukou, de Burkina Faso | El pequeño Dioukou llegó a nuestro centro de recuperación nutricional con síntomas graves de desnutrición. Su madre hizo un largo camino con él a la espalda para salvarlo y, tras 30 días de ingreso y cuidados, juntos consiguieron ganar la batalla a la enfermedad. Ahora están más fuertes y preparados porque aquí las mamás reciben educación sobre salud y nutrición. leer más |
Alexander, de El Salvador | La vida de Alexander sería muy distinta si no fuera por el baile. Con mucha probabilidad estaría metido en una de las maras salvadoreñas, las violentas bandas juveniles que operan en el país. “Si la Casa de Encuentro Juvenil no me hubiese dado esta oportunidad, no sabría qué hacer, el baile me ha ayudado a alejarme de muchas cosas negativas”. leer más |
Santusa, de Bolivia | Santusa tiene 25 años y vive en la pequeña comunidad rural boliviana de La Mamora, fronteriza con Argentina, con su hijo Juan José. La posibilidad de estudiar en el instituto tecnológico de CETHA en Emborozú les ha abierto la puerta a un futuro de esperanza. Se trata de un modelo de educación alternativa para campesinos con pocos recursos adaptada a su realidad. leer más |
Genesis, de Ecuador | “Que los adultos nos escuchen es muy importante y valioso para nosotros, nos permite que perdamos el miedo de hablar, sentimos que podemos llegar a lograr grandes cosas”. Genesis es una de las alumnas que forma parte del Consejo Estudiantil. Ella ha conseguido la confianza y la fuerza suficientes para ser protagonista del cambio en su país. leer más |
Fatema, de Bangladesh | “De pequeña soñaba con casarme y formar una familia, como la mayoría de mis amigas del pueblo. Pero nos mudamos a la ciudad y entré a una escuela de Educo. Terminé la secundaria gracias a una Beca Ella y hoy estudio empresariales". Fatema paga su carrera con lo que gana como profesora. Cuando pasea por su pueblo la gente susurra: Esa chica ha cambiado su estrella con la educación. leer más |
Rani, de India | Rani tiene 8 años y, a pesar de la extrema pobreza en la que vive, su mirada irradia alegría. Cada mañana, al levantarse, recoge del suelo la estera sobre la que duerme, se asea, ordena su humilde hogar, desayuna un poco de arroz, lava los utensilios y ayuda a su madre a ocuparse de sus hermanitos. Como muchos otros niños de su entorno, no va a la escuela. leer más |
Maritza, de Guatemala | Maritza tiene 17 años y es una de las chicas que reciben la Beca ELLA en Guatemala. Ser una de las estudiantes becadas “es un gran privilegio, es algo emocionante. Es más motivador estar estudiando que estar encerrado en casa”. Cada día se levanta a las cinco de la mañana para ir a la escuela. Ella ya se ve como maestra, “trabajando con niños, haciendo manualidades”. leer más |
Los niños del vertedero, Benín | Se pasan el día rebuscando en la basura objetos de plástico, metal, cables o cualquier otro producto que luego puedan revender, pero no han perdido las ganas y la ilusión por aprender. Son los niños del vertedero de Benín y asisten 4 horas diarias a clase para seguir el programa de estudios intensivo con el que en tres años pueden completar la primaria. leer más |
Aimee, de Filipinas | “Como representante de los niños y niñas, les explico cuáles son sus derechos y lo que cada uno podemos hacer para evitar abusos y discriminaciones. También les ayudo a que expresen sus preocupaciones y sus deseos de mejora para el municipio”. Aimee es la encargada de trasladar a los políticos las preocupaciones de los más pequeños de su barrio, Bonbon. leer más |
Sophealin, de Camboya | Cada día Sophealin camina los tres quilómetros de ida y tres de vuelta hasta la escuela. Al volver, hace los deberes y luego se encarga de fregar, lavar los platos, hacer la cena algunos días y cuidar de sus hermanitos. También le gusta ver un poco la tele, jugar con sus amigas e ir en bicicleta… cuando alguna compañera de la escuela se la presta. Su tesón la llevará lejos. leer más |
Mariam, de Malí | Solo el 60% de niñas en Malí están matriculadas en la escuela primaria y la mayoría abandona los estudios al acabar este ciclo o incluso antes para trabajar o casarse. Tan solo un 3,4% alcanza los niveles superiores de enseñanza. Mariam está convencida de que su voluntad y la ayuda de la beca que recibe subirá este porcentaje en su país. leer más |
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