Ariyum es una niña alegre de 12 años que siempre luce una sonrisa. No siempre ha sido así. Su padre falleció cuando ella tenía tan solo dos años, por eso, apenas recuerda su rostro ni guarda ningún recuerdo con él. Cuando su padre murió, la madre de la niña tuvo que desplazarse con sus cuatro hijos en busca de trabajo.
Cuando su madre encontró trabajo procesando pescado seco se la llevaba con ella a todas partes y, a medida que fue creciendo y se fue haciendo autónoma e independiente, ayudaba a su madre en todas sus labores, alejándose cada día un poco más de la escuela.
"Trabajo con mi madre desde que tengo uso de razón. Cuando me corto con un pez, me duele muchísimo. Entonces me acuerdo más de mi padre porque si siguiera vivo quizá no tendría que venir a trabajar", se lamentaba la joven.
Por suerte, sus hermanos mayores crecieron y se independizaron. Así, la carga económica de su madre fue menor y pudo matricular a Ariyum cuando cumplió los siete años en una de las escuelas que apoyamos en Bangladesh. Pero la madre enfermó, y la pequeña empezó a faltar a sus clases para sustituir a su madre en el trabajo.
Ante esta dura realidad, en Bangladesh llevamos a cabo un proyecto con el que queremos proteger a los niños y niñas reduciendo el trabajo infantil peligroso, especialmente el que se realiza en el sector de la transformación del pescado seco. Y lo hacemos concienciando a las familias para que lleven a sus hijos e hijas de vuelta a la escuela, lo que les asegurará una vida digna, y ayudándolos con el coste del material escolar. Gracias a él, Ariyum ha vuelto a la escuela para quedarse:
"Estoy eternamente agradecida al proyecto de Educo que ofrece educación gratuita a niños y niñas de familias pobres como la mía y con trabajos peligrosos como yo. Además, organiza diversos eventos para que todos tengamos la oportunidad de participar. Me encanta participar en actos culturales".
Hoy, liberada de su trabajo peligroso, ha podido volver a ser niña. Además, se ha animado a hacer deporte y bailes con sus compañeros y ya no siente miedo, se siente más fuerte que nunca.
"Ahora me siento libre como un pájaro. Mi determinación de seguir adelante es firme. Si consigo el apoyo de todos, espero poder cumplir mi sueño de ser policía ", cuenta Ariyum.
Bangladesh , Cox's Bazar , educación , escuela , Pobreza , pobreza infatil , protección , Trabajo infantil
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