Los niños y niñas pasan muchas horas en la escuela aprendiendo y, en ocasiones, necesitan ayuda. Además, para que se sientan apoyados, es importante que como padres y madres nos impliquemos en su aprendizaje día a día y empaticemos con sus preocupaciones. En este post te damos varios consejos para que te impliques en los estudios de los más pequeños de la casa.
Antes de nada, es importante que se busque un equilibrio. Hay padres y madres que se implican en exceso y que llevan un control muy estricto sobre los estudios de sus hijos e hijas, lo que produce estrés y puede generar una mala relación con los progenitores. También hay casos en los que los padres y madres dan una libertad excesiva a sus hijos e hijas y si el menor es responsable no habrá problemas, pero si no lo es, puede verse afectado su rendimiento en la escuela.
Por lo tanto, la implicación de los padres en los estudios de sus hijos e hijas dependerá de cada caso, de la edad del niño o niña y de sus necesidades concretas.
Implicarse en el estudio de nuestros hijos e hijas es un desafío puesto que requiere tiempo y mucha paciencia, pero es esencial para el aprendizaje de los pequeños. Estos son algunos de los consejos que puedes seguir:
Es fundamental que acudas a las reuniones de profesores y tutores para entender la evolución de tu hijo o hija en clase. No basta con leer las notas finales, sino que es necesario un seguimiento continuo para detectar problemas y ayudar a tu hijo o hija cuando lo necesite. Puede que necesite alguna clase de apoyo o tu ayuda para alguna asignatura, por ejemplo.
Que tu hijo e hija se sienta apoyado en sus estudios no solo requiere que hables con sus profesores o le ayudes con los deberes, sino que es fundamental que asistas a los eventos que organice la escuela (festivales, obras de teatro, presentaciones o eventos deportivos). También puedes presentarte voluntario para la organización de estos eventos y ayudar a la escuela.
A los niños y niñas les suele costar hablar y expresar cómo se sienten por lo que es fundamental que crees espacios y generes hábitos para que se sientan cómodos expresándose con libertad. Hazles preguntas, anímales a expresar sus ideas, no les juzgues ni les valores y empatiza como su forma de sentir.
Si tus hijos e hijas te ven leer libros, se interesarán por la lectura. Lo mismo ocurre con otras actividades como la escritura o las visitas a museos o exposiciones. En definitiva, se trata de que vean cómo disfrutas aprendiendo y que nunca se deja de aprender. Puedes buscar libros adecuados para su edad, leer en voz alta cuentos e invitarles a reflexionar o impulsarles a buscar información sobre algún tema histórico o científico sobre el que tengan interés.
Jugar y aprender a la vez no son dos actividades que sean incompatibles, sino todo lo contrario. Para involucrarte en los estudios de tus hijos e hijas puedes buscar juegos o aplicaciones educativas que les ayuden a aprender cosas mientras se divierten. Elige los juegos según su edad y aumenta la dificultad a medida que crezcan y aprendan.
Una excursión en un parque, una playa, la montaña o un bosque, puede ser una buena ocasión para que tus hijos e hijas aprendan contigo. Descubrirán cosas sobre los animales, las plantas, el agua o los árboles. Hazles preguntas y anímales a buscar información para resolver sus dudas.
Además de estudiar y aprender, los niños y niñas deben saber responsabilizarse de su vida y de sus cosas, poco a poco. Permite que cometan errores y que aprendan de ellos. Puedes empezar con una actividad sencilla como preparar la mochila para el día siguiente con todas las cosas de la escuela. Es una forma de que asuman responsabilidad y se organicen.
Ayuda a tus hijos e hijas a cuestionarse la realidad que les rodea y a hacerse preguntas. El pensamiento crítico es una habilidad fundamental en la vida personal y profesional de todas las personas. Puedes plantear temas de actualidad en casa y generar debates en familia en los que todos los miembros planteen su opinión y escuchen la opinión de los demás con respeto y empatía. No solo aprenderán ellos, también tú lo harás.
Ya hemos hablado de la importancia de que tus hijos e hijas te vean interesado por aprender, leer y descubrir cosas nuevas, para motivarse por descubrir el mundo que les rodea. Además de servir como ejemplo en estos casos, lo serás también cuando te vean organizarte para tu trabajo o cualquier otra actividad que realices.
Aunque la rutina y los quehaceres diarios, así como las prisas por hacer todo, nos absorben, es importante pararse y observar a nuestros hijos e hijas, ver si están tristes, preocupados, si hay algo que les estresa o que les tiene pensativo. Si notas algo, pregúntales y habla con sus profesores y tutores para averiguar algo de información y, sobre todo, genera ambientes cómodos donde tu hijo o hija sienta que puede hablar con tranquilidad, que es escuchado y entendido y que le vas a ayudar.
Recuerda que la clave es hacer que el aprendizaje sea divertido y forme parte de todos los aspectos de la vida. No importa si cometes errores, aprenderás de ellos. Lo importante es estar presente y apoyar a tu hijo hija en su exploración y descubrimiento del mundo a medida que crece.
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