La exclusión social infantil no es un concepto técnico. Es una realidad que viven miles de niños y niñas cada día, y que amenaza su derecho más básico: crecer con dignidad. En nuestra ONG Educo trabajamos para que nadie quede atrás y para que la educación sea el puente hacia una vida más justa.
La exclusión social se da cuando las personas quedan fuera del sistema social, económico o educativo. Y cuando eres un niño o niña las consecuencias son devastadoras porque significa no poder acceder a lo más esencial: estar en la escuela, poder comer cuando tienes hambre o no tener un espacio en condiciones para crecer (una casa sin calefacción o sin agua caliente).
Las causas son diversas como la pobreza, provocada muchas veces por el desempleo, la desigualdad territorial o la discriminación. Y en España la cifra de menores de 18 años en riesgo de pobreza o exclusión social es muy alta: casi el 35 %, según el INE.
Estar en riesgo no significa estar completamente excluido, sino vivir en condiciones tan precarias que un pequeño imprevisto puede derrumbarlo todo. Familias que no pueden pagar el alquiler, niños que no comen suficiente o que no tienen material escolar.
En España, más de 2,7 millones de menores viven en esta situación. Desde nuestra ONG Educo acompañamos a estas familias para que el camino sea un poco más llano.
Lo vemos a diario en nuestros proyectos: la exclusión también se nota en los pequeños detalles.
Niños y niñas que no van a excursiones porque sus familias no pueden pagarlas.
Adolescentes que dejan los estudios por falta de apoyo o recursos.
Niños y niñas que no pueden comer carne, pescado o proteínas con regularidad: un 6,9 % de los hogares con niños no puede permitírselo, según la Encuesta de Condiciones de Vida.
Cada historia nos recuerda por qué estamos aquí: para que la pobreza no gane las pequeñas batallas de cada día y el mundo sea un lugar más justo para todos.
Las familias monoparentales —en su mayoría encabezadas por mujeres—, los hogares con ingresos bajos o situados en barrios con menos recursos son los más vulnerables. Cuando los adultos no pueden cubrir lo básico, los niños heredan esa fragilidad.
Por eso trabajamos con escuelas, servicios sociales y comunidades enteras para crear redes de protección reales. Nuestro compromiso es que cada niño y niña tenga las mismas oportunidades, sin importar dónde nazca.
La exclusión limita el presente y roba el futuro. Dificulta el aprendizaje, deteriora la autoestima y perpetúa la desigualdad. Por eso impulsamos más de 200 proyectos en 18 países, con un objetivo claro: que la educación llegue a todos.
En España colaboramos con 408 centros educativos y llegamos a más de 22.900 niños y niñas. Sabemos que la educación es urgente, porque educar cura.
Nuestra respuesta combina acción directa, educación y compromiso a largo plazo.
Becas comedor: garantizamos una comida completa al día para miles de niños y niñas.
Escuelas inclusivas y seguras: trabajamos con docentes y familias para crear entornos donde cada estudiante se sienta valorado.
Programas de equidad educativa: facilitamos actividades extraescolares y materiales para aprender en igualdad.
Incidencia y sensibilización: denunciamos que uno de cada tres menores vive en riesgo de pobreza o exclusión social.
Nuestro compromiso va más allá de cubrir necesidades inmediatas: buscamos transformar las causas estructurales que generan desigualdad.
La exclusión se combate mejor en red. Si estabas esperando una señal para aabar de decidirte es esta. Porque tú también puedes formar parte del cambio.
Hazte socio o socia de Educo y apoya nuestros programas de educación y alimentación.
Difunde nuestras campañas para que más personas conozcan esta realidad.
Apoya iniciativas en tu escuela o barrio que promuevan la igualdad de oportunidades.
Aporta tu tiempo, tus ideas o tus recursos: toda ayuda cuenta.
La exclusión social infantil se puede erradicar. Juntos podemos conseguir que todos los niños y niñas tengan acceso a una educación de calidad que genere las oportunidades que merecen.
¿Qué diferencias hay entre exclusión social y pobreza?
La pobreza es falta de recursos; la exclusión social es falta de oportunidades. Una familia puede tener ingresos, pero si no accede a educación, empleo o redes de apoyo, sigue excluida.
¿Qué significa “romper el círculo de la exclusión social”?
Significa cambiar las condiciones que se repiten de generación en generación: desigualdad, baja escolarización, precariedad.
¿Qué ejemplos cotidianos existen de exclusión social infantil?
Niños y niñas que no pueden ir a excursiones por falta de dinero, que no tienen internet para estudiar o que viven en barrios sin actividades ni transporte seguro.
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