Cuando por culpa de un conflicto armado o un desastre natural la escuela de un niño o una niña se ve obligada a cerrar, el mundo de los más pequeños se desvanece. Porque ir al cole no es solo aprender. Ir a la escuela significa jugar, compartir, soñar y sobre todo es sinónimo de tranquilidad y seguridad. Un niño necesita su rutina para crecer, porque le da estabilidad, algo indispensable para su buen desarrollo, tanto físico como mental, y la escuela tiene un papel básico en este engranaje.
Pero a veces, por circunstancias que poco tienen que ver con los intereses de los niños y las niñas, las escuelas han de cerrar. En Níger, donde estamos presentes desde hace más de dos años, también sucede. Hay más de 600 colegios cerrados a causa de la violencia que causan varios grupos terroristas armados en la zona fronteriza del este de Malí, el noreste de Burkina Faso y el oeste de Níger. Hoy, de la mano de nuestro director en el país, Ollo Pale, viajamos hasta este país africano para conocer nuestro programa de educación en emergencias a través de la radio.
Si quieres conocer un poco más acerca de nuestro trabajo en Níger, aquí encontrarás más información.
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