El empleo doméstico es una de las realidades más invisibilizadas de la explotación laboral y, concretamente, de la explotación laboral infantil. Según la Organización Internacional del Trabajo hay más niñas menores de 16 años trabajando en el servicio doméstico que en cualquier otro tipo de trabajo infantil.
En Bamako, la capital de Malí, nueve de cada diez hogares tiene una o dos empleadas domésticas que provienen de las zonas rurales. A pesar de los esfuerzos del Gobierno por eliminar el trabajo infantil, muchas de ellas son niñas y jóvenes de entre nueve y 20 años que trabajan en condiciones de esclavitud todos los días de la semana por un salario mísero, entre 6 y 15 euros al mes. Además de la explotación laboral, sufren abusos graves como maltrato físico, violaciones, confinamiento forzoso y negación de alimentos y atención sanitaria, entre otros.
En este sentido, desde Educo trabajamos con las instituciones gubernamentales para identificar y atender a las niñas que se encuentran en situación de peligro, actuamos de mediadores con sus familias para tratar de restablecer la relación y que vuelvan a su casa, facilitamos el retorno a sus comunidades y al sistema escolar y formamos a las chicas sobre sus derechos y cómo protegerse de los abusos.
Además, les ofrecemos clases de alfabetización y formación profesional, así como prácticas de ahorro y microcréditos, entre otras actividades, para que puedan acceder a un empleo mejor en un futuro cercano.
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